La búsqueda continúa sin descanso en Playa Brava, Punta del Este, tras suceso que dejó como saldo la desaparición de Franco Toro, un joven que intentó rescatar a dos chicas atrapadas en una peligrosa corriente en una zona no habilitada para el baño. Carlos Curbelo, coordinador de guardavidas, explicó las complejidades del operativo y las características de esta área conocida como “la olla”.
Un lugar de peligro constante
El sector entre Playa El Emir y los famosos “dedos” de la mano en la arena es bien conocido por su fuerte corriente de retorno, que se intensifica debido a su configuración geográfica: una bahía cerrada entre dos puntos de roca. Según Curbelo, esta corriente es permanente, y el agua siempre encuentra una forma de retornar al mar, lo que genera un riesgo constante para los bañistas.
“Es la zona más caliente de rescates que tenemos. Siempre está marcada con dos banderines rojos que indican que está prohibido ingresar al agua. Lamentablemente, estas personas ignoraron las señales y ocurrió temprano en la mañana, cuando no había servicio de guardavidas”, explicó.
La situación se desató cuando dos chicas fueron arrastradas por la corriente. Franco y otro joven se lanzaron al agua para ayudarlas. Si bien lograron rescatar a una de las chicas, Franco fue arrastrado por la corriente hacia “la olla”, un área con restos de un barco hundido, fierros y redes que hacen extremadamente peligrosa cualquier operación de rescate.
“Ayer por la mañana, las condiciones eran engañosas: el mar estaba calmo en la superficie, pero las corrientes debajo eran muy fuertes. Estas situaciones son letales”, detalló Curbelo.
Desde el momento del incidente, el equipo de guardavidas, junto con Prefectura Naval, ha trabajado incansablemente en la búsqueda del cuerpo de Franco. Se utilizan motos de agua, embarcaciones y buzos especializados, quienes intentan ingresar a la peligrosa área de “la olla”. Además, los guardavidas realizan barridos sistemáticos en el agua, a pesar de los riesgos que enfrentan.
El protocolo de los guardavidas, según Curbelo, es claro: “Nosotros seguimos buscando hasta que aparezca. Es un momento duro, pero nuestro compromiso es con la familia y con Franco, para que pueda descansar en paz“.
El coordinador destacó la importancia de respetar las señalizaciones y las indicaciones de los guardavidas. “Nuestro trabajo es prevenir tragedias como esta, pero depende de la gente seguir las normas. Ignorar los carteles y las banderas es como conducir un auto alcoholizado: aumenta exponencialmente las probabilidades de un desenlace fatal”, reflexionó.
A pesar del dolor que los guardavidas enfrentan tras cada pérdida, Curbelo destacó el heroísmo de de un periodista uruguayo que, desde tierra, alertó a Prefectura para que llegara a tiempo. “Fue milagroso que el rescate no terminara con más víctimas. Esto pudo haber sido aún peor”.