Gustavo Lázzari, economista y empresario pyme, ofreció una perspectiva contundente sobre la crisis económica de Argentina y los desafíos que enfrenta el gobierno actual para revertir décadas de ineficiencia estructural. Según Lázzari, el país opera bajo un sistema “inviable” marcado por un excesivo peso regulatorio, fiscal e impositivo, que ha impactado severamente las expectativas de progreso social y la estabilidad económica.
A fines de 2023, el nuevo gobierno asumió con un mandato claro de la sociedad: cambiar el rumbo. Lázzari describe un plan económico basado en dos pilares fundamentales: un ajuste macroeconómico y una reforma microeconómica. Mientras que el primero abarca medidas impopulares como aumentos tarifarios, el segundo busca corregir las distorsiones en los mercados, reducir costos internos y reestructurar sectores claves como el impositivo y laboral.
“La gente entendió que este cambio era necesario”, señala Lázzari, quien observa un giro en la percepción social, especialmente entre los jóvenes que comenzaron a considerar la emigración como una solución. Este consenso se tradujo en apoyo a un gobierno que, aunque implementa medidas dolorosas, busca una transformación estructural.
El economista alerta sobre los riesgos inherentes al proceso. “El peligro está en no fortalecer las patas de la mesa”, comenta al referirse a las reformas necesarias para soportar las políticas de ajuste. Destaca que la reforma impositiva, la desregulación laboral y la coordinación entre nación, provincias y municipios son esenciales para que la economía no quede expuesta. “Si no bajan los costos tributarios y laborales, el sistema puede colapsar.”
Además, se refirió al atraso cambiario como un desafío a corto plazo. Sin embargo, argumentó que no es una política deliberada del gobierno, sino una consecuencia de las reformas en curso. “La clave es el superávit fiscal, no el dólar planchado. Si hacemos las cosas bien, Argentina tiene destino de dólar barato”, expresó, proyectando que las oportunidades de inversión podrían impulsar una entrada de divisas sustancial al país.
Lázzari, quien también es empresario, expuso la compleja realidad que enfrentan las pequeñas y medianas empresas (pymes). Subrayó que estas se ven golpeadas por tarifas elevadas, una carga tributaria excesiva y falta de acceso al crédito. Según el economista, el sistema financiero argentino presta al sector privado mucho menos que otros países de la región, lo que limita la capacidad de las pymes para invertir y crecer. “Estamos intentando resistir como podemos, pero la duplicación y triplicación de impuestos sobre la misma base es insostenible”, afirmó.
El panorama laboral tampoco es alentador. Lázzari indicó que el mercado de trabajo formal lleva más de una década estancado, con un aumento significativo del empleo informal y del monotributismo. “El sistema actual hace que contratar sea caro y riesgoso, lo que desalienta la creación de empleo formal y afecta directamente los salarios.”
A pesar del duro diagnóstico, Lázzari se muestra optimista sobre el potencial de Argentina. “El camino es doloroso, pero necesario. Si bajamos los costos internos y mejoramos las condiciones para las inversiones, podremos revertir la crisis”, concluyó. En su opinión, una economía con impuestos reducidos, menos regulaciones y apertura a nuevos negocios será la clave para generar empleo, mejorar los salarios y devolver al país al camino del crecimiento sostenible.
Esta entrada ha sido publicada el 4 de diciembre, 2024 15:15
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