El merendero Corazones Solidarios, ubicado en Francia al 2200, ha marcado un camino en la asistencia comunitaria de Bahía Blanca. Sin embargo, la realidad social actual ha intensificado su desafío: cada vez más familias buscan ayuda alimentaria.
Según Paola Vergara, referente del espacio, hoy asisten a 315 familias, un número que refleja una necesidad creciente desde la pandemia, cuando ya se enfrentaban cifras alarmantes. “Siempre tuvimos esperanza de que esto disminuya, pero no sucede. Por el contrario, tuvimos que cambiar nuestra forma de trabajo porque llegamos a las 500 familias y no podíamos cumplir“, explicó.
En este contexto, implementaron una metodología que combina asistencia con compromiso comunitario. Ahora, las familias deben realizar cursos o participar en actividades barriales como limpieza o apoyo al prójimo para acceder al bolson mensual de alimentos secos. Durante la semana, también se entregan productos frescos como pan o verduras de forma masiva.
Alejandra, encargada del área de alimentos, cuenta que la idea de los cursos surgió en febrero de este año. “Nos dimos cuenta de que la mercadería no alcanzaba. A veces entregamos 16 productos por bolsón, otras apenas 12. Las familias llegan desde la madrugada para recibir su ayuda, y con el fin de año esto se intensifica porque muchos quieren tener una Navidad más digna“.
Uno de los aspectos más preocupantes es el impacto en la infancia. Según Paola, “muchos niños vienen al merendero no solo por una merienda, sino porque en sus casas la comida escasea“. Incluso, algunos abandonan la escuela o asisten únicamente para acceder a un desayuno o almuerzo. “Antes, un 70% de los chicos iba al comedor escolar; ahora es el 100%“, detalla.
La institución también organiza talleres de apoyo escolar, pero muchos niños traen tareas inventadas solo para recibir la merienda. “Es una realidad muy dura. Además, muchos de estos chicos carecen de la presencia de sus padres, por lo que se manejan solos“, lamenta Paola.
Con las fiestas a la vuelta de la esquina, Corazones Solidarios prepara una campaña navideña. Su objetivo es visitar 12 barrios periféricos de Bahía Blanca con Papá Noel y duendes, llevando golosinas y alegría. Sin embargo, los recursos son limitados. “Queremos armar 6000 bolsitas de golosinas, pero hasta ahora solo recibimos turrones y chupetines. Necesitamos de la comunidad para lograrlo”, destacaron.
Además, están organizando talleres para que las madres aprendan a hacer pan dulce y puedan llevarlo a sus hogares. “Es nuestra manera de brindarles un oficio y un momento especial para las familias“, agrega Paola.
Cómo colaborar
Las donaciones se reciben en Francia al 2200. Quienes no puedan acercarse pueden coordinar la entrega en otros puntos de la ciudad. Desde Corazones Solidarios hacen un llamado urgente a la comunidad para seguir sosteniendo esta red de apoyo que no solo alimenta cuerpos, sino también esperanzas.
En palabras de Paola: “Quizás no podemos brindar todo lo que quisiéramos, pero sabemos que un gesto puede sembrar sueños y esperanza en quienes más lo necesitan“.