La comunidad educativa de la Escuela 75 atraviesa una situación crítica que ha llevado a un grupo de madres, encabezado por Nerina, a manifestar su preocupación y tomar medidas drásticas, como el cambio de escuela de sus hijos.
El problema principal se centra en la presencia recurrente de roedores, que ha derivado en constantes suspensiones de clases. Según Nerina, madre de una alumna, la situación es insostenible: “Arrancamos la semana con un día de clases y los otros cuatro los chicos están en casa. Se realizaron procedimientos para controlar la plaga, pero los excrementos de los roedores siguen apareciendo. Incluso se encontró un cuaderno de comunicados contaminado, lo que generó gran preocupación“.
A pocos días del cierre de notas, las clases presenciales siguen interrumpidas y las tareas escolares se envían a través de WhatsApp para ser entregadas por correo electrónico. “El contenido no se enseña y los chicos están muy atrasados. Como madres tenemos que sacar fotocopias, enseñarles o, en muchos casos, pagar profesores particulares porque no estamos capacitadas para suplir a los docentes“, explicó Nerina.
Además del problema sanitario, las familias enfrentan dificultades en la comunicación con el cuerpo directivo, quienes, según las denunciantes, no ofrecen soluciones claras. “Los directivos evaden las responsabilidades. Cuando vamos a la escuela, vemos que están desmantelando un escenario, aparentemente el foco del problema por un nido de roedores, pero nadie nos informa con certeza qué está pasando“, agregó.
El deterioro del ambiente educativo ha llevado a un punto de quiebre. “No podemos seguir así. Queremos que los chicos aprendan y tengan una educación básica de calidad. He decidido cambiar a mi hija de escuela porque aquí no hay respuestas“, concluyó Nerina.
Esta entrada ha sido publicada el 26 de noviembre, 2024 13:03
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