Bahía

El drama de las inundaciones en Picanya: “No se puede vivir con el olor” dijo una bahiense

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Carolina Martínez, bahiense residente en el municipio valenciano de Picanya, relató la cruda realidad que están enfrentando los vecinos tras las graves inundaciones. A más de una semana del desastre, los habitantes siguen rodeados de basura y agua estancada, sin recibir la ayuda necesaria.

Esto es la esquina de mi casa y está todo el Paseo de la Primavera lleno de residuos. Hay un olor que no se puede aguantar y nos recomiendan guantes, botas y mascarillas porque es muy peligroso para la salud”, comentó Carolina. Ella denuncia la falta de ayuda oficial y describe que solo los vecinos y voluntarios se han acercado para colaborar con la limpieza y el retiro de los escombros. “Lo que estamos viendo aquí es basura acumulada, la mayoría son restos domésticos que quedaron bajo el agua. El olor es nauseabundo”.

La situación en Picanya es extrema. Las cocheras compartidas de las viviendas aún permanecen inundadas, y Martínez destaca la solidaridad entre los mismos vecinos: “Un vecino trajo su camión y junto a otros jóvenes están sacando baldes de agua de los sótanos. Han venido solo dos camiones militares, y no alcanzan para cubrir todas las zonas afectadas”, lamentó Carolina, quien asegura que, pese a la llegada de algunas donaciones, las condiciones de vida son inhumanas.

A nivel humanitario, la ayuda ha sido constante en forma de alimentos, agua y productos de limpieza, sin embargo, Carolina enfatizó que la mayor necesidad ahora es de recursos y maquinarias para eliminar el agua acumulada. “La situación es insostenible, estamos pidiendo que venga un camión de bomberos a extraer el agua con bombas, porque el olor y los gases que se generan están afectando nuestra salud”, insiste la bahiense.

El relato de Martínez revela también el temor por el riesgo de enfermedades, en especial para los niños y adultos mayores que, como en el caso de su familia, han tenido que adaptarse al fuerte hedor e insalubridad en sus propios hogares. “Dicen que no dejaban entrar a la gente porque entorpecían a las máquinas, pero acá no hay ninguna máquina trabajando“, finalizó, visiblemente afectada por la inacción de las autoridades.

Esta entrada ha sido publicada el 6 de noviembre, 2024 14:25

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