En el marco del Día Mundial del Accidente Cerebrovascular (ACV), el médico cardiólogo Rodrigo De La Faba explicó que el ACV, o accidente cerebrovascular, representa un evento repentino y agudo que ha alcanzado el triste puesto de primera causa de discapacidad y tercera de muerte en Argentina. De La Faba destacó que los sobrevivientes de un ACV suelen enfrentar limitaciones importantes y discapacidades permanentes, lo que subraya la urgencia de entender y prevenir estos eventos.
Desde una perspectiva médica, el ACV ocurre cuando se bloquea o se rompe una arteria del cerebro. “Hablamos de arterias muy pequeñas, de 3 a 4 mm de diámetro, que están distribuidas por todo el cerebro y se encargan de llevar sangre a las neuronas, que son las células básicas del sistema nervioso,” explicó De La Faba. Cuando estas arterias, por un pico de presión o hipertensión, no soportan la presión, puede desencadenarse una emergencia hipertensiva, situación similar a lo que sucede con una manguera que, al ser bloqueada, aumenta su presión y eventualmente estalla.
Los principales factores de riesgo incluyen la hipertensión, el tabaquismo, la diabetes, el consumo de drogas ilícitas, y el estrés crónico. “Todos estos factores pueden hacer que las arterias, especialmente las de los diabéticos, se tornen más rígidas y menos capaces de tolerar aumentos de presión,” afirmó el cardiólogo.
De La Faba también advirtió que los adultos entre los 35 y 45 años son un grupo vulnerable, aunque destacó que mediante el control adecuado de los factores de riesgo es posible reducir significativamente las probabilidades de un ACV. La genética también juega un rol importante, ya que existen malformaciones congénitas que predisponen a ciertos individuos, las cuales pueden detectarse tempranamente mediante estudios si aparecen síntomas como cefaleas intensas.
Finalmente, De La Faba resaltó la importancia de la prevención y el control de los factores de riesgo, no solo para evitar el ACV sino para mejorar la calidad de vida y la salud cerebral en general: “El control de la presión arterial, mantener un estilo de vida saludable, y reducir el estrés son medidas fundamentales para cuidar nuestro cerebro y prevenir futuras discapacidades.”