En el marco del juicio que ha generado fuerte interés mediático, Domingo Verna decidió finalmente brindar su testimonio, luego de haber ejercido previamente su derecho constitucional a no declarar. La defensa, representada por los abogados Juan González y Ariel Zara, destacó la importancia de la jornada al escuchar las palabras de Verna, quien fue interrogado sobre sus sentimientos de arrepentimiento por la muerte de su nieto Brian, ocurrida en el contexto de un violento episodio de legítima defensa.

Verna, visiblemente conmovido, expresó que daría su vida por ver a su nieto Brian nuevamente, pero que no podía permitir que la vida de su esposa Marta estuviera en riesgo, dijeron los abogados. Según relataron, Brian fue criado por sus abuelos debido a la disfuncionalidad familiar, asumiendo roles parentales que no les correspondían a su avanzada edad.

Los abogados describieron el testimonio de Verna como clave para comprender el contexto de los disparos que culminaron en la tragedia. Según la defensa, el abuelo fue brutalmente golpeado en la cabeza por su nieto, un ataque que Brian reanudó minutos después, sin la intervención de su novia Aldana, quien había tratado de evitar que el anciano fuera asesinado. Durante el segundo ataque, Verna disparó, acto que justificó al sentirse acorralado en su propia vivienda y en defensa de su vida y la de su esposa.

Verna recordó cómo percibía a Brian como una figura gigantesca, lo que, sumado a los golpes que había recibido y el estado de confusión que atravesaba, lo llevó a disparar en defensa propia. La defensa subrayó que los abuelos, víctimas de violencia intrafamiliar, actuaron en legítima defensa. A pesar de todo, Verna se encuentra de duelo por la muerte de su nieto, lo que ha dejado una profunda marca emocional en él y en Marta.

En la última jornada, también se escucharon testimonios clave, como el de un cerrajero que reparó el portón de la casa. El juicio concluye con los alegatos de la defensa, y el veredicto final quedará en manos del jurado popular.