Comprar electrodomésticos usados puede ser una opción atractiva para muchas familias, ya que generalmente implica un ahorro considerable en comparación con adquirir productos nuevos. Sin embargo, esta alternativa también conlleva ciertos riesgos, como ser víctima de una estafa o adquirir un producto defectuoso, lo que podría tener un impacto negativo en la economía familiar.
Por ello, es fundamental tomar algunas precauciones antes de realizar la compra de aparatos como lavadoras, freidoras de aire, neveras, microondas, cafeteras o estufas de segunda mano.
Antes de llevar un electrodoméstico usado a casa, es recomendable verificar su estado general. Para ello, conviene examinar el exterior y comprobar que no haya señales de golpes, daños o deterioro visibles, ya que esto podría indicar problemas internos.
A continuación cinco puntos en los que debe fijarse cada usuarios antes comprar un electrodoméstico usado y evitar ser estafado:
El comprador debe inspeccionar cuidadosamente el electrodoméstico para asegurarse de que no tenga daños visibles, como golpes, rayones o piezas rotas. También es recomendable verificar que funcione correctamente. Si es posible, se debería probar el aparato antes de comprarlo para confirmar que enciende y realiza su función adecuadamente.
Es esencial que el comprador pregunte sobre el tiempo de uso, reparaciones previas y si ha presentado algún problema. El vendedor debe proporcionar información clara sobre el producto. Si el electrodoméstico ha sido reparado con frecuencia, puede no ser una buena opción de compra.
El comprador debe verificar el modelo, la marca y las especificaciones técnicas del electrodoméstico. Es importante comparar el precio del usado con el de uno nuevo o de otros usados en buenas condiciones para asegurarse de que el precio es justo y que el producto sigue siendo competitivo en términos de rendimiento y eficiencia energética.
El comprador debe asegurarse de que el vendedor ofrezca algún tipo de garantía, aunque sea limitada, o una política de devolución en caso de que el electrodoméstico no funcione correctamente después de la compra. Si el vendedor no ofrece ninguna garantía, esto podría ser una señal de alerta.
El comprador debe revisar el número de serie o código de fábrica del electrodoméstico para verificar si es un modelo legítimo y si no ha sido robado. Además, este número puede ayudar a comprobar si tiene alguna garantía pendiente con el fabricante.
Cuidar un electrodoméstico usado es clave para prolongar su vida útil y asegurarse de que funcione de manera eficiente. Algunos consejos son:
Es importante que el propietario limpie el electrodoméstico con frecuencia. Las superficies externas y las partes internas, como filtros y bandejas, deben mantenerse libres de suciedad, polvo y residuos.
Algunos electrodomésticos tienen piezas que se desgastan con el tiempo, como filtros, correas o bombillas. El usuario debe revisar regularmente estos componentes y reemplazarlos cuando sea necesario.
Es clave que el usuario siga las recomendaciones del fabricante para evitar sobrecargar el aparato o utilizarlo de manera incorrecta. Por ejemplo, no sobrecargar una lavadora o usar un microondas para calentar objetos no aptos puede prevenir daños en el electrodoméstico.
El electrodoméstico debe colocarse en un lugar apropiado, lejos de condiciones extremas como calor excesivo o humedad.
El propietario debe realizar tareas preventivas, como descalcificar un calentador de agua o revisar las conexiones eléctricas de un refrigerador, para asegurar que el aparato funcione correctamente por más tiempo.
Siguiendo estos consejos, el propietario podrá mantener un electrodoméstico usado en buen estado y aprovechar su funcionamiento durante más tiempo.
Fuente: Infobae
Esta entrada ha sido publicada el 12 de octubre, 2024 20:39
Deja un Comentario