El economista Pablo Obreque analizó los recientes datos de inflación proporcionados por el INDEC, destacando que el aumento en alimentos y bebidas no alcohólicas fue del 2,3%, un componente clave que afecta principalmente a los sectores de menores recursos.

Según Obreque, aunque la inflación total superó el 4%, lo relevante es la desaceleración observada, especialmente en la inflación núcleo, que se ubicó en un 3,2%. Este indicador excluye los productos estacionales y regulados, y muestra una tendencia positiva a la baja.

Obreque afirmó que la desaceleración podría mantenerse debido a la ausencia de emisión monetaria y al superávit fiscal que presenta el gobierno. Sin embargo, advirtió que aún restan ajustes en algunos productos regulados, como los servicios públicos, aunque gran parte del trabajo en este sentido ya se ha realizado, lo cual es evidente en las facturas de los servicios.

Al ser consultado sobre la estrategia del gobierno respecto al cepo cambiario, el economista consideró que, si bien no es una medida ideal, retirarlo en este momento sería riesgoso. A pesar de que el Banco Central ha logrado recuperar algunas reservas en dólares, aún no dispone de los fondos suficientes para enfrentar una posible corrida. Obreque sugirió que el gobierno ha optado por un enfoque gradual, eliminando algunas restricciones de manera paulatina, a diferencia de la eliminación abrupta del cepo en 2016.

Por último, Obreque hizo referencia a la actual estabilidad cambiaria, que ha generado cierta incertidumbre entre los más jóvenes, quienes no están acostumbrados a este tipo de escenarios. Explicó que el gobierno ha trabajado para reducir la cantidad de pesos en circulación, lo que ha impulsado una mayor demanda de la moneda local para transacciones cotidianas. Asimismo, resaltó que la estrategia de acumular reservas, tanto a través de exportaciones como de otras medidas, ha funcionado hasta el momento para mantener la estabilidad del mercado de divisas.