El cáncer de mama se ha convertido en el tumor más frecuente entre las mujeres en Argentina, con cifras alarmantes que indican entre 22.000 y 23.000 nuevos casos cada año. Esta enfermedad causa la muerte de cerca de 6.000 mujeres anualmente, situándola como un evento de alta incidencia en la población femenina. Según el médico mastólogo Jorge Piccolini, el riesgo de desarrollar cáncer de mama desde el nacimiento hasta los 80 años es del 12%.

La detección temprana es crucial para combatir esta enfermedad. Piccolini explica que el cáncer de mama comprende un grupo heterogéneo de enfermedades, algunas con tratamientos más efectivos que otras. La clave para reducir la mortalidad radica en el momento de la detección. Cuando el cáncer se identifica en etapas tempranas, las posibilidades de un tratamiento exitoso son significativamente mayores. Por el contrario, los casos diagnosticados en estados avanzados presentan un desafío mucho más complicado.

Para facilitar la detección precoz, existen herramientas que permiten a las mujeres acceder a diagnósticos tempranos. Se recomienda realizar una mamografía anual a partir de los 40 años, así como llevar a cabo un examen físico mamario anual. Además, es fundamental que las mujeres se familiaricen con la apariencia y la sensación de sus mamas. Conocer su propio cuerpo les permitirá identificar posibles signos de alerta, como bultos en la mama o la axila, derrames de líquido por el pezón, hundimientos o cambios de coloración en la piel de la mama.

La educación y la concientización son esenciales. Si bien algunas mujeres pueden no presentar síntomas evidentes, eso no significa que deban omitir sus controles anuales. Los exámenes mamográficos y físicos son fundamentales para detectar anomalías que podrían no ser palpables, pero que están presentes.

En Bahía Blanca, la tecnología necesaria para el diagnóstico del cáncer de mama está disponible. La ciudad cuenta con mamógrafos digitales de alta calidad, ecografías mamarias y métodos de biopsia avanzados, ya sea a través de vía ecográfica o mamográfica. Esta infraestructura de salud permite que las mujeres de la región se sometan a estudios de detección y diagnóstico con tecnología de última generación.