Una lista de La Libertad UNS, el brazo universitario de La Libertad Avanza de cara a las elecciones de la casa de altos estudios, fue dada de baja por contener la postulación de tres personas con gravísimos antecedentes penales, que estudian Derecho desde la cárcel. Lo confirmó Andrea Castellano, vicerrectora de la Universidad Nacional del Sur.

El 13 de noviembre la Universidad Nacional del Sur celebrará elecciones para definir los integrantes de sus cuerpos de gobierno, como la Asamblea Universitaria, el Consejo Superior y los Consejos Departamentales.

Los tres postulantes de la lista de La Libertad, que aspiraban a ocupar un lugar en la asamblea por el claustro de los alumnos eran:

Mauro Emilio Schechtel (44 años), condenado a 40 años de cárcel por violar a una niña de 10 años en Coronel Dorrego e intentar borrar el delito prendiéndola fuego. El aberrante hecho ocurrió el 18 de junio de 2008. Schechtel ocupaba el puesto 12 en esa lista para integrar la asamblea universitaria

Akexis Zárate, sentenciado a seis años y medio de prisión por abuso sexual con acceso carnal. El hecho ocurrió en la ciudad de Wilde, partido de Avellaneda, en 2017. Zárate, exfutbolista de Independiente, quedó arrestado en julio de 2020. La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó su condena firme en junio de 2022. Ocupaba el puesto 20 en la lista de Libertad UNS para integrar la asamblea universitaria.

Rubén Angelosante cumple una condena de 38 años de prisión por un doble crimen ocurrido en Juan A. Pradere. El hecho se produjo el 13 de marzo de 2017, en el establecimiento Los Servos, en la zona de colonia La Graciela. Angelosante fue condenado por matar a Miguel Mayer (59) y su hijo Juan Manuel (18), tras una discusión por la desaparición de un chancho. Ocupaba el puesto 22 en la lista Libertad UNS

Marcelo Romero Jardín, fiscal compartió su conmovedora experiencia en el que fue su primer juicio oral. El caso, que impactó profundamente a la comunidad local e involucra a un agresor sexual, Mauro Schechtel como condenado a 40 años de prisión, lo que marcó el inicio del recorrido de Romero Jardín en el ámbito judicial. “Fue mi primera experiencia en un juicio oral, y la condena fue altísima”, comentó el fiscal al referirse a la sentencia dictada.

Romero Jardín describió el dolor que el caso provocó tanto en la comunidad como en la víctima, una niña de 10 años que sufrió daños irreparables a raíz del abuso. A pesar de varias intervenciones quirúrgicas, el cuerpo de la víctima no pudo ser restaurado, y las secuelas emocionales la acompañarán de por vida. “Lo que más me impacta es cómo, con todos los avances tecnológicos de hoy, se pudo pasar por alto semejante antecedente de esta persona, un psicópata declarado en juicio”, añadió con indignación.

El fiscal, quien estuvo presente en los momentos más críticos del proceso, señaló: “Vi a la víctima en la camilla, escuchando sus palabras mientras identificaba a su agresor. Fue una situación muy fuerte”. Además, subrayó que la víctima vive con un trastorno de estrés postraumático crónico, una condición sin remedio.