Bahía

La ludopatía en jóvenes: un problema emergente en Bahía

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En los últimos años, la ludopatía se ha convertido en una preocupación creciente en la sociedad, especialmente entre los jóvenes. Damián Rodríguez Ponte, psicólogo especializado en este campo, expuso su visión sobre la falta de conciencia social acerca de los riesgos asociados a las apuestas, un fenómeno que parece normalizarse entre los adolescentes.

Rodríguez señala que la demanda de ayuda por problemas relacionados con el juego va en aumento, pero aún no hemos alcanzado el punto más crítico. “Para pedir ayuda, primero hay que ser consciente de que hay un problema”, afirmó. En este sentido, el profesional menciona que, desde la municipalidad, se están realizando esfuerzos por crear conciencia sobre los peligros de las apuestas, especialmente en un entorno donde la narrativa predominante entre los adolescentes sugiere que jugar y apostar es algo común e inofensivo.

La normalización del juego

Hoy por hoy, se habla mucho de juego, pero el mensaje social que se transmite es que apostar es lo más normal del mundo”, explicó Rodríguez. Esta percepción errónea se ve reforzada por la facilidad de acceso a plataformas de juego en línea, donde la regulación es prácticamente inexistente. Con solo un teléfono celular, cualquier adolescente puede comenzar a apostar, sin ningún tipo de control. Esta accesibilidad ha creado un caldo de cultivo para la proliferación de conductas problemáticas.

El psicólogo también destaca que, históricamente, la ludopatía se asociaba principalmente con adultos, pero la virtualidad ha desdibujado esas fronteras. “Hoy no hay nadie que no conozca alguna aplicación o página de apuestas”, adviertió. La publicidad agresiva y la cultura del desafío, especialmente entre adolescentes, han contribuido a que el juego se convierta en una actividad común, lo que incrementa su potencial adictivo.

La intervención familiar

Un aspecto crucial que Rodríguez mencionó es el rol de la familia en la identificación del problema. Muchas veces, el primer indicio de que algo no va bien proviene de los seres queridos de la persona afectada. “Es complicado trabajar con alguien que no advierte su problema”, dijo. En estos casos, los familiares son quienes buscan ayuda, preocupados por cambios en el comportamiento de sus hijos.

Sin embargo, el tratamiento se vuelve más complicado si el joven no muestra signos evidentes de angustia o sufrimiento. “A menudo, la bomba ya ha explotado cuando la persona finalmente llega a consulta, enfrentando deudas insalvables y una pérdida significativa en varios aspectos de su vida”, explicó Rodríguez. Esta situación no solo afecta el bienestar económico, sino que se traduce en la pérdida de relaciones y salud mental.

La invisibilidad del juego

A diferencia de otras adicciones, la ludopatía presenta un desafío único: su naturaleza es invisible. “Es raro ver a alguien con signos visibles de haber estado apostando, como ocurre con otras sustancias”, comentó Rodríguez. Esto complica aún más el diagnóstico temprano, ya que el juego se normaliza en la vida cotidiana de los adolescentes.

El mensaje que se debe transmitir es que no toda apuesta es problemática, pero hay un riesgo latente que no se puede ignorar. “Es vital que las familias conversen sobre el tema, que los padres pierdan el miedo a preguntar sobre las actividades de sus hijos”, afirmó.

Es urgente que se tomen medidas para educar sobre los riesgos del juego y fomentar una conciencia social que permita a los jóvenes y a sus familias abordar este problema antes de que sea demasiado tarde. La prevención y la comunicación son clave para desarticular este ciclo de adicción que afecta a una parte cada vez mayor de la población juvenil.

CÓMO PEDIR AYUDA

Para abordar esta enfermedad, en la ciudad funciona el Centro de Ludopatía de Bahía Blanca, en Lavalle 229. Y sino comunicándose 0800-444-4000 y su abordaje es a través de tratamiento, pero también de prevención.

Esta entrada ha sido publicada el 26 de septiembre, 2024 17:15

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