En una reciente charla sobre movilidad sustentable, Héctor Chiachiarini, miembro del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras de la Universidad Nacional del Sur, ofreció una reflexión profunda sobre la movilidad y su impacto en la sociedad. Para Chiachiarini, reducir la movilidad a una mera cuestión tecnológica, como decidir qué vehículo usar o en qué momento optar por la bicicleta, es limitar la visión de un problema mucho más amplio y complejo.
“La movilidad abarca distintos aspectos y áreas del conocimiento. Si uno lo reduce a la tecnología, esa es una visión muy chica de la problemática general. Es, en esencia, un tema social. La gente se mueve, y para eso existen reglas de tránsito y códigos de convivencia. Debemos organizarnos para llevar adelante nuestros traslados de forma adecuada”, explicó el ingeniero.
Esta necesidad de organización trasciende el uso de la tecnología. Chiachiarini destacó que la movilidad toca temas de arquitectura, relaciones humanas, planificación urbana y otros campos del conocimiento, todos con un objetivo común: reducir el impacto ambiental. “El hecho de plantear que la movilidad debe ser sustentable busca, de alguna manera, minimizar el uso de recursos para futuras generaciones“, afirmó.
Desde el Centro de Competencia de Movilidad Sustentable, que opera bajo la UNS y está a cargo de los departamentos de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Administración, se aborda el tema desde diversas perspectivas. La meta es clara: “Achicar el gasto energético, ambiental y de tiempo, impactando lo menos posible en las personas y en la ecología que nos rodea”, detalló Chiachiarini.
Finalmente, reconoció que alcanzar una movilidad plenamente sustentable es un ideal difícil de lograr. Sin embargo, ciudades como Bahía Blanca están dando pasos en la dirección correcta. “Es un proceso que requiere tiempo, inversión y decisiones conjuntas entre ciudadanos y gobernantes. No sé cuánto tiempo llevará, pero lo importante es avanzar hacia ese objetivo”, concluyó.