En una reciente entrevista, el Dr. Gustavo Carrasco, cardiólogo, abordó el tema del colesterol en relación con el riesgo cardiovascular. Según el especialista, “el colesterol no debe considerarse un elemento aislado, sino parte de un conjunto de factores que incluyen el peso, la glucosa, la presión arterial, los hábitos, los antecedentes familiares y la actividad física“.
Carrasco destacó que la evaluación del riesgo cardiovascular debe hacerse considerando todos estos elementos en su conjunto. “Es la sumatoria de todos esos factores lo que determina si una persona tiene un riesgo elevado“, afirmó, añadiendo que cada paciente es único, y por tanto, la estrategia para manejar este riesgo debe individualizarse.
El colesterol, en particular, juega un rol clave. El médico explicó que existen dos tipos principales de colesterol: el LDL, conocido como el “malo”, y el HDL, conocido como el “bueno”. El LDL es el principal indicador que los médicos observan, ya que niveles elevados de este tipo de colesterol aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares. “En Argentina, más del 20% de las personas tienen niveles de LDL por encima de lo normal”, señaló, mientras que la hipertensión afecta a más del 30% y el sedentarismo supera el 60%.
Carrasco también mencionó que, aunque las investigaciones han demostrado que mantener los niveles de LDL bajos es beneficioso, no hay un número exacto para todos. “La medicina no es una ciencia exacta, pero la investigación ha comprobado que cuanto más bajo sea el LDL, mejor“.
En cuanto a las medidas preventivas, el doctor hizo énfasis en la importancia de la dieta y el ejercicio. Señaló que la actividad física, en muchos casos, es más efectiva que la dieta para aumentar los niveles de HDL. Sobre la dieta, recomendó el enfoque mediterráneo: “Menos carnes rojas, más pescado, frutas, cereales y vegetales“. Sin embargo, destacó que, para ajustes específicos, es preferible acudir a un nutricionista.
Por otro lado, el estrés fue señalado como un factor que también influye negativamente en la salud cardiovascular. “El estrés moviliza sustancias nocivas en la sangre, como la adrenalina y el cortisol, que elevan la presión arterial y dañan las arterias“, advirtió.
Al ser consultado sobre los medicamentos para el colesterol, Carrasco aseguró que deben utilizarse solo cuando sea estrictamente necesario. “El medicamento se usa cuando su beneficio supera al riesgo“, explicó, mencionando que aunque las estatinas, por ejemplo, pueden generar efectos secundarios en un pequeño porcentaje de pacientes, su uso está justificado cuando mejora significativamente el pronóstico del paciente.
Finalmente, el cardiólogo aclaró que existen inyecciones para tratar el colesterol cuando los tratamientos tradicionales no son efectivos, aunque se utilizan en casos específicos y suelen ser más costosos. Asimismo, destacó que el enfoque actual en nutrición ha cambiado hacia una mayor flexibilidad: “No se trata de eliminar totalmente ciertos alimentos, sino de equilibrar las proporciones y las cantidades“.