Bautista, un niño de solo 7 años, ha dado una lección de solidaridad en Bahía Blanca con un gesto tan simple como conmovedor. Un día, al revisar sus pertenencias, se dio cuenta de que tenía muchos juguetes, ropa y libros que ya no usaba. Fue entonces cuando, junto a su hermano, decidieron que era hora de hacer algo por los niños que no tenían tanto como él.
La idea surgió de una charla familiar, decidieron organizar las cosas de Bautista para regalarlas a quienes más lo necesitaban. Sin mucha planificación, salieron a la vereda y colgaron las donaciones en un contenedor, invitando a los niños del barrio a tomar lo que necesitaran. “Esto es un abrazo para el alma“, comentó el hermano, Lucas, visiblemente emocionado por la iniciativa de Bauti.
Bautista, con la inocencia y la generosidad propias de su edad, expresó que le gusta mucho ayudar a los demás. Entre los objetos donados había camisetas, juguetes, libros y mochilas. “Me gusta regalar estas cosas que ya no uso, pero también algo que le puede gustar a los demás niños“, dijo con una sonrisa.
El pequeño no solo pensó en qué regalar, sino también en cómo sus juguetes podrían hacer felices a otros niños. Aunque no tenía muchos objetos para donar, cada uno de ellos fue seleccionado con cariño. Desde autitos hasta juegos de mesa, Bautista imaginaba a los niños disfrutando de esos juguetes como él lo había hecho antes.
Lucas dijo, “Tratamos de ayudarlo a entender la importancia de compartir, pero él ya tiene ese espíritu solidario. Aunque solo fueron cinco camisetas y un juguete viejo, salir a la calle y regalarlo nos hizo muy felices”, comentó.
La acción de Bautista no se detuvo ahí. Aún le quedan algunas cosas por donar, y ya está planeando una nueva jornada para continuar con esta iniciativa solidaria. “Por ahora le quedaron dos o tres remeras para regalar”, mencionó Lucas, adelantando que están organizando una nueva entrega, esta vez al lado de su carro de Café, en plena Plaza Rivadavia.
En un mundo donde la generosidad muchas veces pasa desapercibida, Bautista nos recuerda que los pequeños actos de bondad pueden tener un gran impacto. Su historia es, sin duda, un abrazo al alma.