En un terreno que ha permanecido abandonado durante más de 40 años, en Ecuador al 2900, en Villa Rosas, la ocupación de las tierras por parte de varias familias ha culminado en un desalojo masivo, dejando a decenas de personas sin techo y con la incertidumbre de su futuro inmediato. Las familias afectadas compartieron sus testimonios, revelando la cruda realidad que han vivido desde que se asentaron en el lugar.
“Empezamos a tomar estos terrenos porque hace 40 años que están abandonados. Nosotros acá sufrimos la violación de una vecina, nunca estuvo cercado, nunca estuvo limpio. La limpió la misma gente que empezó a tomar, y bueno, de ahí empezaron a llegar personas de todos lados y tomaron todos los terrenos”, relató uno de los vecinos afectados.
La ocupación de los terrenos se consolidó hace aproximadamente un año. Durante ese tiempo, las familias desconocían que el terreno tenía un dueño legal. “Vinimos a enterarnos que esto tenía dueño hace más o menos un año, y bueno, después de ese tiempo supimos que una empresa quería la restitución de los terrenos”, explicaron los vecinos.
En un intento por encontrar una solución, los ocupantes buscaron el apoyo de la municipalidad, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos. “Hemos estado en tratativas con la municipalidad, pero nunca se hizo cargo de nada. Hoy a la mañana llegó Infantería, el grupo G.A.D., policía, y empezó el desalojo. Empezaron a tirar todo”, expresaron con frustración.
Según los testimonios, unas 50 familias, incluyendo alrededor de 70 niños, habían construido sus hogares en el lugar. Varias estructuras estaban ya avanzadas, algunas con capas hiladoras y cimientos casi completos. “Había una casa de placa de cemento que ya estaba para techar, pero también la rompieron”, señalaron los afectados.
El desalojo se llevó a cabo sin previo aviso, según denunciaron los ocupantes. “Hoy vinieron temprano y rodearon todo, y listo, pasaron las máquinas. No tuvimos un aviso previo de que iban a venir hoy”, afirmó uno de los vecinos que, al igual que otros, se encontraba trabajando cuando las autoridades irrumpieron en el lugar.
Las imágenes capturadas durante el desalojo muestran los restos de lo que eran hogares en construcción, ahora destruidos por las máquinas. La falta de comunicación y el abrupto accionar de las fuerzas policiales dejan a estas familias en una situación de vulnerabilidad, sin un lugar donde vivir y con la incertidumbre de qué sucederá a continuación.
Este desalojo pone de manifiesto la tensión existente entre la necesidad de vivienda y la propiedad privada, en un contexto en el que muchas familias buscan desesperadamente un lugar donde construir su futuro.