Un informe de economistas del CONICET y la UNS realizó una caracterización de la deuda de las familias bahienses, basada en una encuesta realizada en el mes de junio.
El doctor en economía Francisco Cantamutto abordó la delicada situación económica que atraviesan los hogares argentinos, subrayando cómo la caída del ingreso afecta tanto a aquellos que han perdido su empleo como a los que mantienen sus trabajos, pero ven reducido su poder adquisitivo.
Cantamutto explicó que, ante esta situación, se observa una dinámica centrífuga en la toma de deuda. “Los hogares con mayor nivel de ingreso o que están al límite de sus posibilidades siguen intentando tomar deuda para salir adelante”, señaló. Esta tendencia es especialmente visible entre los cuentapropistas, quienes utilizan la deuda como un medio para sostener su actividad económica.
Sin embargo, en los sectores con menores ingresos, la situación es diferente. “En los hogares de ingresos más bajos, se está cortando la toma de deuda. Esto puede deberse a que ya no tienen acceso a mecanismos crediticios o porque temen no poder pagar. Prefieren cerrar esta ventana de endeudamiento“, explicó Cantamutto.
El economista también mencionó que, aunque la proporción de hogares que toma deuda ha disminuido ligeramente (del 80% al 75% en comparación con el año pasado), esto no implica una mejora en la situación general. “Lo que encontramos es que hay más hogares con problemas para pagar. Este fenómeno es especialmente claro a medida que bajamos en los niveles de ingreso“, puntualizó. Según Cantamutto, uno de cada tres hogares que enfrenta dificultades para pagar su deuda no logra salir de esta dinámica, lo que sugiere que la deuda para pagar deuda no es una solución sostenible a mediano plazo.
La estrategia para sobrellevar esta situación incluye el uso de todas las fuentes de financiamiento disponibles, desde tarjetas de crédito hasta préstamos entre familiares y amigos. “En general, se utilizan todas las estrategias a la vez”, dijo Cantamutto. Este año, las familias han recurrido más a la venta de bienes propios y al ingreso de nuevos miembros al mercado laboral para hacer frente a las deudas.
En cuanto a las reacciones ante esta crisis, el economista señaló que las respuestas más comunes son bastante estables año tras año. “Lo primero que se hace es dejar de darse los gustitos, lo cual es razonable dado el contexto, aunque no deja de ser preocupante“, comentó. Tres de cada cuatro hogares han recurrido a esta estrategia. Además, ha habido un aumento en el recorte de consumos habituales y en la reducción de la cantidad o calidad de los alimentos consumidos. “El 48% de los hogares que tuvieron problemas para pagar sus deudas han disminuido la cantidad o calidad de los alimentos que consumen, lo cual es una cuestión bastante grave”, concluyó.
Esta entrada ha sido publicada el 29 de agosto, 2024 12:37
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