Néstor Fabrizzi, delegado en Cerri, expresó su preocupación por un loteo que ha generado alarma entre los vecinos de la localidad. Según Fabrizzi, el problema comenzó entre abril y mayo, cuando se publicó en Facebook un anuncio sobre la venta de terrenos en un área comprendida entre Saladillo García y la calle Artigas, que conduce a la ecoplanta. El terreno en cuestión, un macizo de más de 20 hectáreas, se estaba dividiendo en lotes, lo que sorprendió a muchos residentes debido a que es una zona históricamente inundable.

“Es una zona donde normalmente vemos que los nenes van a practicar y cuando sube la marea se inunda. Detrás de esos terrenos está el canal Tres, que es un canal aliviador de todo lo que es el desagüe normal de Cerri”, explicó Fabrizzi. Agregó que el área tiene una pendiente de casi siete metros desde el inicio del pueblo hasta la marea, lo que lo convierte en un punto crítico para el drenaje de agua. Tanto es así que los bomberos locales utilizan este sector para medir el avance del agua cada vez que sube la marea.

La preocupación de los vecinos se intensificó cuando Fabrizzi investigó la situación en Catastro y descubrió irregularidades. “El propietario que figura en Catastro no es el mismo que aparece en la publicación del loteo. Hicimos averiguaciones y descubrimos que la zona está reservada, no tiene plano de mensura, ni apertura de calles. Esto nos hace pensar que se trata de una venta irregular”, afirmó.

Pocos días después, una máquina de gran porte apareció en el lugar, intentando abrir calles en el terreno. Fabrizzi se acercó al operador de la máquina, quien le dijo que había sido enviado por una empresa, pero que no estaba al tanto de que trabajaba sobre un poliducto que alimenta la termoeléctrica. “Le expliqué la situación, y al ver que marcaba calles diagonales, me acerqué a los vecinos para advertirles que estaban comprando terrenos en una zona inundable, sin planos aprobados ni apertura de calles”, señaló Fabrizzi.

A pesar de las advertencias, los vecinos continuaron comprando los terrenos, atraídos por los precios, que oscilaban entre cuatro y seis millones de pesos, con la posibilidad de financiamiento. Ante la gravedad de la situación, se presentó una denuncia por averiguación de ilícito en la municipalidad. “Cada vez que aparece alguien a marcar el terreno, la policía interviene y les explica que hay una denuncia en curso, que es una zona de reserva y que no se puede construir”, concluyó Fabrizzi.

La situación sigue generando preocupación en la comunidad de Cerri, mientras las autoridades locales intentan frenar lo que podría convertirse en un problema mayor si se permite la construcción en una zona con un alto riesgo de inundación.