En un contexto de creciente preocupación por los aumentos en los precios de bienes esenciales, Carlos Pulella, gerente de la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado, abordó la reciente resolución que afecta los precios del gas licuado, un recurso esencial para millones de argentinos que no tienen acceso a la red de gas natural.

Una medida postergada y su impacto en el precio

Pulella destacó que la medida, originalmente prevista para marzo, fue postergada hasta ahora, lo que generó una acumulación de costos que finalmente han sido trasladados al precio final. Antes de la resolución, los precios del gas licuado oscilaban entre los $7.500 y $8.500 dependiendo de la ubicación, con un impacto significativo en las regiones del NOA y NEA, donde no existe acceso a la red de gas natural. “El gas natural no llega a provincias como Misiones, Chaco, Formosa, Corrientes y Entre Ríos, lo que encarece enormemente el transporte desde los centros de producción en Neuquén”, explicó Pulella.

Nuevo esquema de precios y su variabilidad

A partir del lunes, los precios máximos de referencia se han convertido en precios base de $8.500 en todo el país. Sin embargo, Pulella aclaró que estos precios pueden variar dependiendo de las distancias desde los centros de producción y fraccionamiento, anticipando que podrían rondar entre los $9.000 y $9.500 en las provincias más alejadas.

El impacto en el consumidor final

El gerente de la Cámara subrayó que estos precios corresponden a las plantas fraccionadoras y distribuidores, y que el precio de entrega a domicilio ha sido históricamente más elevado, situándose actualmente entre los $10.000 y $12.000. Para aquellos que compraban directamente en las plantas, el aumento será más significativo, ya que pasarán de pagar entre $6.500 y $7.000 a $8.500.

El rol del subsidio y la importancia de la competencia

Pulella destacó que el programa Hogar, que subsidia el 80% del valor de la garrafa, seguirá vigente, beneficiando a cerca de 2,8 millones de personas. Este programa es crucial para mitigar el impacto del aumento en los hogares más vulnerables, aunque reconoció que el registro de beneficiarios está siendo revisado para corregir inconsistencias.

En cuanto al impacto en los distribuidores, Pulella señaló que el sector se enfrenta a un “sinceramiento” de los costos acumulados durante años. Con un mercado altamente competitivo, con más de 30 fraccionadoras y 180 distribuidores habilitados, advirtió sobre la existencia de distribuidores no registrados, que representan aproximadamente el 30% del mercado y no cumplen con las normas de seguridad.

Finalmente, Pulella concluyó que, aunque el aumento en el precio del gas licuado es significativo, sigue siendo una opción más económica en comparación con otros combustibles alternativos. En un contexto de inflación y ajuste de precios, el gas licuado continúa siendo un recurso esencial para millones de argentinos, aunque con un costo cada vez más elevado.