En un contexto económico donde muchos sectores han sufrido caídas en el consumo, la carne, y particularmente el asado, sigue siendo un pilar fundamental en la cultura argentina.
“Por suerte, el consumo sigue estando igual”, asegura un carnicero bahiense. Aunque reconoce que ha habido un leve aumento en los precios, estima que “hubo un aumento de un 10% más o menos”, pero esto no ha desalentado a sus clientes. “No te llevan 20 mil pesos por compra, pero te llevan unos 10 mil. No es mucho más, pero siguen comprando”, comentó, mostrando que aunque los bolsillos están más ajustados, el asado sigue siendo una prioridad en la mesa de los argentinos.
La forma de pago también ha cambiado con el tiempo. “El efectivo ya ni se ve, es mucho tarjeta, cuenta virtual”, señaló, destacando herramientas como la cuenta DNI del Banco Provincia y la del Banco Nación, que han impulsado las ventas durante la semana. “Después los sábados, la carnicería explota”, añadió, subrayando que los fines de semana son los momentos de mayor actividad.
Pero si hay algo que no cambia, es la tradición del asado. “Se sigue consumiendo exactamente igual. El argentino se tiene que hacer un asado el fin de semana sí o sí”, afirmó con convicción. Y aunque los precios han subido, el asado sigue siendo accesible para muchos. “Para una familia tipo, un asado completo te puede salir 30 o 35 mil pesos“, explicó, una cifra que puede parecer elevada, pero que refleja el compromiso de mantener viva esta tradición a pesar de los desafíos económicos.