En un operativo coordinado previamente, las autoridades llevaron a cabo un exhaustivo control en el ingreso a una fiesta clandestina ubicada en el kilómetro 721 de la ruta 51 y el camino vecinal. El operativo comenzó temprano en la mañana y se extendió hasta el mediodía, con el objetivo de asegurar la seguridad vial y detectar posibles infractores.
Durante la operación, se detectaron numerosos casos de alcoholemia positiva, con 10 pruebas Drager resultando positivas en un lapso de solo seis horas. Estas pruebas revelaron un alto nivel de consumo de alcohol entre los conductores que se dirigían a la fiesta. Además, las pruebas confirmaron la presencia de estupefacientes, añadiendo una capa adicional de preocupación a la situación.
El operativo, que se realizó en estrecha colaboración con los jueces de faltas, fue coordinado por el jefe de fiscalización, quien garantizó que se cumplieran todos los procedimientos legales sin vulnerar derechos. Esta colaboración se llevó a cabo con el fin de mitigar la peligrosidad que implica la presencia de personas bajo el efecto de sustancias en la ruta, especialmente en un contexto donde se concentraban numerosos jóvenes.
Este operativo que se destacó por la inusual cantidad de pruebas Dräger positivas encontradas, un hecho que no se había registrado en operativos anteriores.
Todo sucedió tras una denuncia anónima, la Dirección General de Fiscalización, personal de Policía Rural y Policía Vial en el acceso y la ruta, junto a la Agencia de Seguridad del municipio, procedieron a clausurar el evento y desalojar el lugar, al que habían concurrido unas 80 personas.
Según se constató, en el casco del campo se colocó una carpa, también había un dj pasando música y el evento contaba con seguridad privada.
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