El reciente cambio en la disposición de la ciclovía de 19 de Mayo ha generado diversas reacciones entre los vecinos de la zona. Muchos coinciden en que, aunque la nueva medida podría mejorar la circulación de automóviles, el verdadero desafío radica en la falta de educación vial y en la necesidad de un control más severo sobre el uso de las bicicletas.

Uno de los vecinos del sector, que ha vivido en el barrio desde hace 20 años, expresó su preocupación por la falta de respeto a las reglas de circulación por parte de los ciclistas. “Hace falta más educación. Una forma de mejorar esto sería volver al viejo sistema de patentamiento obligatorio de bicicletas, aunque no se las grabara, pero sí con un control más estricto del tránsito. Las bicicletas, por ser inofensivas, no respetan ninguna regla de circulación”, comentó.

El cambio reciente en la ciclovía también incluyó la reubicación del estacionamiento de vehículos, que ahora se encuentra en una sola senda, lo que ha ampliado el espacio de circulación de automóviles. Sin embargo, algunos vecinos se enteraron del cambio únicamente por los medios de comunicación, y otros, solo cuando ya se habían realizado los trabajos. “Me parece un poco más práctico este sistema, pero sigo estando en contra de todo esto. La solución real creo que está en otro lado”, señaló el vecino.

Otro residente de la zona, que también ha presenciado los cambios en la zona durante los últimos cuatro años, compartió sus dudas sobre la nueva modalidad. “Cuando cambiaron el estacionamiento al medio, nos pareció extraño, pero nos acostumbramos. Ahora, de nuevo, nos toca adaptarnos. Para los ciclistas, creo que era más cómodo el sistema anterior, porque los autos estacionados al lado brindaban una especie de barrera de protección. Ahora, al pasar en movimiento, no lo veo tan seguro”.

Además, se destaca la preocupación por la falta de señalización clara en las nuevas ciclovías. “Es crucial que se pinten rápidamente todas las líneas para evitar confusiones y accidentes. La seguridad de los ciclistas debe ser una prioridad, y eso incluye una correcta divulgación de las nuevas reglas y medidas”.

El cambio, aunque bien intencionado, parece haber dejado a los vecinos divididos. Mientras algunos consideran que podría mejorar la seguridad, otros creen que no es la solución definitiva y que se necesita un enfoque más integral en la educación y el control del tránsito para lograr un entorno vial verdaderamente seguro.