En plena temporada de enfermedades respiratorias y cuadros virales, los padres enfrentan un temor común: las convulsiones febriles en sus hijos. La Dra. Marta D’Agostino, pediatra con amplia experiencia, ofrece una visión detallada sobre este fenómeno que, aunque angustiante, es más común de lo que se piensa y generalmente no representa un riesgo grave para la vida.
Tras el hecho conocido en las últimas horas, del rápido accionar de los padres de una bebe de 9 meses, nos preguntamos cómo actuar.
Las convulsiones febriles son episodios de actividad eléctrica desordenada en el cerebro que ocurren en niños con fiebre alta. Estas convulsiones se presentan entre los 6 meses y los 6 años, y son más frecuentes de lo que muchos padres creen. “Una convulsión es una descarga desordenada de un grupo de neuronas que causan contracciones musculares conocidas como movimientos tónico-clónicos y una pérdida temporal de la conciencia“, explicó la Dra. D’Agostino. Es importante distinguir que no todas las fiebres altas provocan convulsiones.
Las convulsiones pueden clasificarse en febriles y afebriles, y dentro de las febriles, en simples y complejas:
Las convulsiones febriles simples, aunque alarmantes, tienden a ser benignas. Los niños con antecedentes familiares de convulsiones febriles pueden tener mayor predisposición a experimentarlas, pero la mayoría supera esta etapa antes de los 6 años.
Ante la angustia que provoca ver a un niño convulsionar, la Dra. D’Agostino enfatizó la importancia de mantener la calma y seguir unos pasos básicos para garantizar la seguridad del niño:
“En la mayoría de los casos, cuando llegan al hospital, el episodio convulsivo ya ha pasado,” señaló D’Agostino. Sin embargo, si las convulsiones son repetitivas o prolongadas, puede ser necesario el uso de medicamentos como para controlarlas.
La fiebre, más que un enemigo, es una señal de alerta y defensa del cuerpo ante una infección. “La fiebre es como una luz roja en el tablero del coche,” dijo la pediatra, indicando que el aumento de la temperatura corporal puede inhibir el crecimiento de bacterias y virus. Aun así, es crucial mantener al niño cómodo y vigilar la fiebre para que no alcance niveles muy altos que puedan desencadenar convulsiones.
Aunque las convulsiones febriles simples no suelen ser peligrosas, es vital investigar la causa subyacente de la fiebre. “Los cuadros virales actuales, como los síndromes gripales, no siempre requieren tratamiento antibiótico,” aclaró la doctora, “pero es esencial que un médico evalúe si es necesario algún tratamiento específico.“
Las convulsiones febriles, aunque impactantes, son una parte común de la pediatría y rara vez indican un problema grave. Mantener la calma, seguir las recomendaciones de primeros auxilios y consultar a un médico son las mejores estrategias para enfrentar estos episodios. Y sobre todo, recordar que la mayoría de los niños superarán esta etapa sin complicaciones duraderas
Esta entrada ha sido publicada el 14 de junio, 2024 15:02
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