En un rincón de nuestra ciudad, donde antes solo había un espacio vacío y de tránsito constante, surgió la idea del grupo scout Cruce de Los Andes, en el edificio situado sobre el sector de San Lorenzo y Crámer.
Con una gran cantidad de niños que realizan actividades en el predio, era imperativo bloquear el acceso a personas de dudosa procedencia que frecuentaban la zona. “Nos vimos en la necesidad de empezar a bloquear un poco los pasos”, añadió uno de los integrantes del grupo, señalando que la inseguridad se volvió una preocupación constante.
Lamentablemente, la respuesta a esta situación no fue inmediata ni sencilla. El club sufrió varios robos, especialmente de cables y equipos de iluminación. En esta oportunidad fueron 50 metros de cable y 5 reflectores. Estos equipos, adquiridos con mucho esfuerzo, eran esenciales para mantener el área iluminada y segura para los niños y sus actividades.
El grupo de scout, no es solo un refugio seguro; es un lugar de actividades que nutre a más de 200 niños y adolescentes de entre 5 y 18 años. Además de las actividades de los scouts, se ofrece una variedad de deportes y ejercicios, incluyendo voley, gimnasia, fútbol.