Sin aumentos en la carne, pero bajó mucho la demanda

En los últimos 30 días, el precio de la carne se ha mantenido estable. Aunque algunos cortes han mostrado ligeras reducciones, estas son más estrategias de venta que cambios reales en el mercado.

Este fenómeno se ha observado desde hace 30 a 40 días, le comentó un carnicero a Canal Siete y es consecuencia de una notable disminución en el consumo de carne, lo que ha evitado aumentos significativos en los precios.

A pesar de la estabilidad general, ciertos cortes han experimentado bajas de precio. Por ejemplo, el osobuco se ha encarecido en comparación con el verano, mientras que las pulpas de carne están algo más baratas debido a la menor demanda para hacer milanesas en esta época del año. Sin embargo, la carne en general ha mantenido su valor en el mercado.

Un aspecto destacable es el aumento del consumo de cerdo, impulsado principalmente por su menor costo. El cerdo se ha integrado firmemente en la dieta de los argentinos, quienes ahora utilizan pulpas de cerdo para diversas preparaciones, incluyendo milanesas y platos al horno.

Según contaron, las diferencias de precio son significativas: las pulpas de cerdo cuestan entre 4.500 y 5.000 pesos, mientras que las de carne vacuna varían entre 7.500 y 9.000 pesos. Lo mismo ocurre con los bifes, donde los de cerdo rondan los 4.500 a 5.000 pesos, en comparación con los 7.500 pesos de los de novillo.

El tradicional asado del fin de semana sigue siendo una costumbre, aunque cada vez menos frecuente debido a su costo elevado. Hacer un asado para una familia típica puede costar alrededor de 20.000 pesos, una suma considerable para una sola comida.

Impacto de los Costos Fijos en el Comercio

El sector cárnico enfrenta un panorama complejo debido al aumento de los costos operativos, como la electricidad, que ha subido hasta cuatro veces en algunos casos. Esto, sumado a la necesidad de actualizar sueldos y otros gastos, impide una reducción significativa en los precios de la carne. Para los comerciantes y productores, bajar los precios no es viable sin comprometer la rentabilidad, ya que se requeriría vender el triple de producto para cubrir los costos actuales.