Gustavo Burachik, economista, destacó dos factores principales que están desencadenando esta crisis económica.
En primer lugar, resalta la pérdida masiva de empleos y horas laborales en todos los sectores del país. Esta caída, que afecta a numerosas industrias, desde la construcción hasta la manufactura, ha dejado a muchas familias con ingresos menores o incluso sin fuente de ingresos.
Pero lo más preocupante es la aceleración desenfrenada de la tasa de inflación, especialmente evidente en los últimos meses. Esta escalada inflacionaria ha pulverizado el poder adquisitivo de los salarios, golpeando con mayor fuerza a los trabajadores del sector público y a aquellos en empleos informales. Datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestran una pérdida alarmante del poder adquisitivo, llegando al 33% para los trabajadores en negro.
Burachik no escatimó en mencionar la cruda realidad de los jubilados, cuyos ingresos se han vuelto completamente insuficientes para cubrir necesidades básicas. Según la Defensoría de la Tercera Edad, la canasta básica de un jubilado supera ampliamente el monto que reciben como pensión, sumiéndolos en una situación desesperada.
A pesar de una ligera desaceleración en la inflación en el último mes, Burachik adviertió que esta disminución es temporal. El aplazamiento de aumentos en servicios públicos y conflictos con la medicina prepaga solo postergan el inevitable impacto en los precios. Además, el economista señaló un atraso significativo en el precio del dólar, que podría desencadenar una nueva ola inflacionaria en el futuro cercano.
Sin políticas efectivas para revertir esta situación, el país se enfrenta a niveles récord de pobreza, con estimaciones que ya alcanzan el 60% de la población.
Esta entrada ha sido publicada el 22 de mayo, 2024 16:10
Deja un Comentario