En una jornada laboral que parecía ser como cualquier otra, los trabajadores de una empresa local se encontraron con una inesperada y dolorosa realidad. A las 9 de la mañana, llegaron representantes de Buenos Aires, quienes comenzaron a llamar a los empleados uno por uno para comunicarles su desvinculación.
Según contó uno de ellos, había dedicado nueve años de su vida a la empresa, siendo el empleado con menor antigüedad entre los despedidos. Otros compañeros llevaban incluso 25 o 26 años en la compañía. “Entramos a trabajar un día normal, y de repente nos llamaron para desvincularnos sin ningún motivo claro”, comentó. En total, fueron 19 los trabajadores afectados.
La notificación fue rápida y sin explicaciones detalladas. “Me citaron dos personas de recursos humanos de Buenos Aires y me dijeron que la empresa se estaba reestructurando, que iban a pagar todo, pero no me dieron un motivo específico”, relató. Esta falta de comunicación dejó a los empleados en la incertidumbre, sin entender las razones de su despido.
El impacto emocional fue significativo. “Es un momento que no se lo desea a nadie. Es complicado porque no lo terminas de digerir. Con el tiempo vamos a caer en la realidad de lo que está sucediendo”, expresó.