Una llegada a casa se convirtió en una pesadilla para una familia. El testimonio de María, quien presenció toda la escena, arroja luz sobre un accidente evitable que mató a su esposo tras caer de una camilla.
“Estábamos llegando a casa y vimos a un chico acompañando a otro que llevaba una camilla. El primero intentó subir el cordón solo, con un peso considerable, y terminó perdiendo el control. Lo presenciamos todo”, dijo la mujer.
El chico que intentaba levantar la camilla perdió el equilibrio, causando que la cabeza del paciente, Jorge Hernández, el hombre de 81 años se golpeara violentamente. “Estaba todo ensangrentado, con un golpe muy fuerte en la nariz”, recuerda María con angustia.
Lo que siguió fue una serie de decisiones cuestionables y falta de profesionalismo. A pesar de la gravedad de la situación, María observó cómo su esposo, dentro de la ambulancia, no recibía la atención adecuada. “No estaba atado ni asegurado de ninguna manera”, enfatizó.
La negligencia continuó cuando la ambulancia se detuvo a mitad de camino y una persona ajena subió sin autorización. “Fue un caos”, describió María. “La falta de control y la despersonalización de los pacientes es inaceptable“.
La situación se tornó aún más desgarradora cuando María revivió el incidente al ver las imágenes de seguridad. “El dolor era insoportable”, confesó. “No puedo imaginar lo que mi esposo sufrió”.
El deseo de María es claro: justicia y cambios significativos en el sistema de atención médica. “Esto no debería volver a sucederle a nadie”, afirmó con determinación. “Necesitamos que se respeten los protocolos de seguridad y que haya personal capacitado y responsable”.
La vida de María y su familia cambió en cuestión de minutos, dejándolos enfrentando una realidad desgarradora. “Cada día me siento más sola“, confesó con pesar. “Es una tragedia que nunca debería haber ocurrido”.
Esta entrada ha sido publicada el 29 de abril, 2024 13:26
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