En medio de la creciente preocupación por la disponibilidad de agua, los geólogos de la Universidad Nacional del Sur (UNS), René Albouy y Nerea Bastianelli, destacaron que la crisis no radica en la escasez del recurso, sino en la deficiente gestión del mismo a lo largo del tiempo.
“Esta no es una crisis de agua; dejemos al agua tranquila. Hay agua. Es una crisis de gestión, y no es algo nuevo, sino que viene gestándose con el tiempo“, enfatizaron los expertos.
Albouy y Bastianelli hicieron hincapié en la necesidad de abordar la situación con una visión a largo plazo. “Lo que se puede hacer son paliativos, pero con miras a resolver esto definitivamente“, señalaron. “La discusión gira en torno a la gestión y los planteos recientes, como la intervención en los pozos de San José por parte de una empresa, son pasos en la dirección correcta”, añadieron.
Una de las preocupaciones fundamentales de los geólogos es el estado de los pozos subterráneos, que históricamente han sido una fuente confiable de agua potable. Sin embargo, la falta de mantenimiento en los últimos años ha generado incertidumbre sobre su operatividad y calidad del agua.
“Es imperativo tener información precisa sobre el estado de los pozos. ¿Están operativos? ¿Han recibido el mantenimiento adecuado?”, cuestionaron los expertos. Señalan que la falta de transparencia en este aspecto es un obstáculo para abordar eficazmente la crisis.
Albouy y Bastianelli también destacaron la importancia de una planificación territorial adecuada para abordar el crecimiento urbano y sus demandas de agua. “Desde la inauguración de la planta potabilizadora en 1972, el crecimiento de la ciudad ha superado las capacidades de infraestructura existentes”, y agregaron “Es crucial avanzar en la construcción del tercer módulo de la planta para garantizar el suministro de agua a largo plazo”.
Los geólogos resaltaron la importancia del agua subterránea como una reserva estratégica. “El recurso subterráneo actúa como una reserva amortiguadora, menos vulnerable a las condiciones climáticas extremas“, explicaron. Sin embargo, advierten que su explotación sostenible requiere una gestión responsable y transparente.