Patricia, una comerciante bahiense, relató cómo la delincuencia otra vez le tocó a su local de sillones en General Paz al 400. “Bueno, a la vista está, entraron otra vez a robar, es el segundo robo”, comentó con evidente frustración.
El incidente ocurrió en la madrugada, cuando aparentemente la alarma no sonó. “La policía no nos permite entrar, pero dieron vuelta todo en la parte del escritorio y la cocina”, explicó Patricia, detallando el caos dejado por los delincuentes “Rompiendo papeles, tirando cajones, revolviendo todo, es un desastre”.
Este no es solo un asunto de pérdida material, sino también emocional. “Estamos pagando una alarma para sentirnos seguros y protegidos, pero la alarma falló otra vez por segunda vez. Eso llama la atención”, lamentó la comerciante.
El impacto económico también es significativo. “Es la pérdida de un día de trabajo y los destrozos son enormes. Rompieron todo en mi escritorio, están todos los cajones en el piso“, agregó con resignación. Además de la pérdida de dinero y el celular de la empresa, ahora deben lidiar con la molestia de cambiar un vidrio y reponer lo robado.
Con este segundo robo en tres años, Patricia y su equipo están decididos a exigir más seguridad. “Nadie vio nada, nadie sintió nada. Hay que romper ese símbolo de impunidad“.
Esta entrada ha sido publicada el 16 de abril, 2024 13:59
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