En una reciente controversia, Olga Pérez, vecina bahiense, se encuentra en el ojo de las autoridades municipales, tras la visita con una orden de allanamiento a su hogar, donde conviven 5 monos (tiene cinco, cuatro hembras y un macho) en un entorno, según ella dice familiar y seguro. El relato de Olga comienza en los años 90, cuando recibió a su primer mono como regalo. A pesar de su inicial desinterés, terminó adoptándolo y estableció un vínculo afectivo. Desde entonces, su hogar se convirtió en un refugio para animales desamparados, donde hoy conviven perros, caballos y otros animales. Olga, quien afirma no haber recibido advertencias sobre la ilegalidad de tener monos, los cuida con esmero, incluso diseñó una casa especial para su bienestar. La visita de las autoridades hace algunos años, reveló condiciones óptimas para los monos. Sin embargo en los últimos días llegó una denuncia sobre su tenencia y la incertidumbre sobre su futuro persiste, ya que teme que puedan ser separados de su entorno familiar. A través de este testimonio, Olga buscó mostrar que los monos no están en cautiverio. Su principal preocupación es el bienestar de los animales, y espera que la justicia reconozca su dedicación y amor por ellos. "Quiero que vean como los tengo. Ellos acá son felices, nacieron acá y viven acá. Tengo miedo de que se los lleven y terminen muriendo", sostuvo. La polémica sigue abierta, y Olga espera que su historia sirva para sensibilizar sobre la importancia del respeto y cuidado hacia los animales en nuestro entorno.
En una reciente controversia, Olga Pérez, vecina bahiense, se encuentra en el ojo de las autoridades municipales, tras la visita con una orden de allanamiento a su hogar, donde conviven 5 monos (tiene cinco, cuatro hembras y un macho) en un entorno, según ella dice familiar y seguro.
El relato de Olga comienza en los años 90, cuando recibió a su primer mono como regalo. A pesar de su inicial desinterés, terminó adoptándolo y estableció un vínculo afectivo. Desde entonces, su hogar se convirtió en un refugio para animales desamparados, donde hoy conviven perros, caballos y otros animales.
Olga, quien afirma no haber recibido advertencias sobre la ilegalidad de tener monos, los cuida con esmero, incluso diseñó una casa especial para su bienestar.
La visita de las autoridades hace algunos años, reveló condiciones óptimas para los monos. Sin embargo en los últimos días llegó una denuncia sobre su tenencia y la incertidumbre sobre su futuro persiste, ya que teme que puedan ser separados de su entorno familiar.
A través de este testimonio, Olga buscó mostrar que los monos no están en cautiverio. Su principal preocupación es el bienestar de los animales, y espera que la justicia reconozca su dedicación y amor por ellos. “Quiero que vean como los tengo. Ellos acá son felices, nacieron acá y viven acá. Tengo miedo de que se los lleven y terminen muriendo“, sostuvo.
La polémica sigue abierta, y Olga espera que su historia sirva para sensibilizar sobre la importancia del respeto y cuidado hacia los animales en nuestro entorno.
Esta entrada ha sido publicada el 13 de marzo, 2024 15:19
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