Un vecino fue testigo directo y cercano al presenciar el viento que superó los 180 km/h.
Según contó las ráfagas provocaron un caos, con objetos volando y contó que sintió el impacto de los materiales cayendo en 10-15 minutos.
Además sostuvo que había una sensación de pánico mientras la gente intentaba decidir qué hacer en medio del caos y el ruido del viento.
El hijo del vecino logró capturar una fotografía de la estructura caída, mostrando la devastación provocada por el viento.
También contó que una mujer advirtió a los niños en un gimnasio que se agacharan antes de que se derrumbara una pared, lo que podría evitar más accidentes.