Anoche, Guillermo tuvo un ataque de furia al protagonizar un incidente en Villa Bordeu con un equipo de trabajadores de ABSA. Estos profesionales se habían presentado en la entrada de su residencia para solucionar un problema de agua que lo había mantenido sin suministro durante todo un año.
El hombre expresó su frustración, destacó el inconveniente de tener que caminar 200 metros para conseguir agua y la falta de respuesta de ABSA a pesar de las múltiples denuncias.
También mencionó los daños causados por una máquina municipal y la falta de empatía de los vecinos.
Si bien admitió que actuó impulsivamente con una espada, le dijo a Canal Siete que está cansado del maltrato por parte de la empresa y exigió prontas soluciones.