Es una iglesia que empezó como merendero en la pandemia. Con el tiempo se fueron sumando muchas familias.
Hoy en total no puede decir exactamente cuanta gente asiste, lo que sí asegura es que al menos 90 niños van al merendero.
Los viernes entregan comida y ropa y calzado. Además de necesitar alimentos no perecederos y abrigo, el problema más urgente es que se están quedando sin lugar. El contrato de alquiler se les vence en septiembre y el dueño no se los renueva.
Piden a alguien si sabe de algún alquiler, no importa cuan lejos esté, para poder mudar el merendero y seguir ayudando