La AFIP, a través de la DGI y la Dirección de Aduanas detectó un granja de criptomonedas de un contribuyente que no está registrado en el organismo con ninguna actividad vinculada al desarrollo de criptoactivos en nuestra ciudad. Se estima que poseía equipamiento como para generar ganancias estimadas en 100.000 dólares por año.
A raíz de una investigación previa realizada por la AFIP, se determinó la importación de equipos informáticos utilizados para la minería de criptomonedas, unidades que luego no fueron comercializadas sino que fueron explotadas por el propio contribuyente.
El organismo comenzó a llevar adelante tareas de fiscalización y control sobre el sector de los activos digitales. Los cruces de información de las áreas especializadas permiten detectar a partir de consumos elevados de energía eléctrica granjas de criptomonedas no declaradas en distintos puntos del país. En esas verificaciones presenciales, los agentes constatan la existencia de la documentación de importación correspondiente de los equipos y la correcta registración tanto de la actividad de minería como así también los ingresos percibidos.