La relación de los niños y jóvenes con las nuevas tecnologías genera preocupación y muchos interrogantes entre los más grandes. Muchas veces se buscan respuestas a esas preguntas, pero sin llegar a encontrarlas. “Es un tema que abruma y las familias no saben qué hacer” reconoce el bahiense Sebastián Bortnik, quien fue uno de los fundadores y presidente de la ONG Argentina Cibersegura.
Una consulta por redes sociales sirvió como disparador para intentar ordenar algunas ideas que pudieran ayudar a madres, padres o docentes para sobrellevar esos temas con los más jóvenes. Así nació el proyecto para escribir la “Guía para la crianza en un mundo digital”.
Sebastián explicó que muchas veces “La familias no saben por dónde empezar” y por eso intentó ordenar las ideas en esta publicación. Para poder distinguir qué es lo importante o qué cosas deberían generar preocupación. “A veces hay mucha tecnofobia y nos preocupa todo por igual. Y no es todo lo mismo”.
“He visto estos años chicos víctimas de violencia en redes, de acoso en redes, de divulgación de imágenes no consentidas, de ver violencia que no querían encontrarse y lo primero que hacen es intentar encontrar un adulto. Cómo se encuentra un adulto que les viene diciendo hace muchos que ellos la tienen clara. Sienten que están en falta decirte que necesitan ayuda”.
La velocidad de los avances digitales hace que, muchas veces, los adultos “corran de atrás” con respecto a los niños o los más jóvenes. Esto no significa que no se pueda encontrar un espacio para relacionarse con ellos. “Los chicos incorporan la tecnología con mucha facilidad. Ellos se mueven en el mundo digital”. Sin embargo los adultos pueden “correr de adelante” en otras cuestiones que son muy importantes.
En Siete Mundo Especial y para graficar esta situación, Bortnik contó el caso de una chica que estaba chateando por Facebook con un supuesto adolescente. En un momento sospecha que puede ser un adulto y se lo menciona la madre. Hacen la denuncia y detienen a este señor. “No es casualidad que esto que ocurrió en Bahía Blanca después el caso Micaela Ortega. Claramente había cierta conciencia sobre el tema. Fijate como ayuda a otras chicas”, explicó.
La madre de la joven le contó a Sebastián que cuando vio el chat que le mostró su hija, enseguida se dio cuenta que se trataba de un adulto. “Lo que a mi hija le costó un montón de semanas sospechar que quizás no era un adolescente para mí fueron treinta, cuarenta segundos”, le explicó esta mujer a Sebastián durante una charla brindada en nuestra ciudad.
“Corremos de atrás en ciertos lugares, pero estamos mucho más preparados desde otros. Y pensar que porque no podemos adaptarnos a la tecnología con la misma facilidad que nuestros hijos no tenemos nada para aportarles es un engaño, que es muy peligroso”, aseguró Bortnik.
Para el autor de la Guía para la crianza digital es muy importante que las charlas entre padres e hijos sobre esto tema comiencen a temprana edad. “Me parece que hay edades donde uno está, como niño, mucho más abierto a escuchar los consejos de su familia que no los podemos desaprovechar. Simplemente que si quizás le pedimos la contraseña cuando tienen sus primeras redes sociales o sus primeros juegos en línea y le dejamos en claro que en unos años van a tener independencia, que se van a tener que aprender a cuidar, van a empezar a ver que de nuestro lado estamos ahí para acompañarlos y no para controlarlos”.
Sebastián comenzó a trabajar en la divulgación de consejos y datos importantes para ayudar a la crianza de los hijos en relación a las redes sociales antes de ser padre. En siete Mundo Especial contó como hizo para resolver el dilema que se le planteaba de hablar sobre situaciones que él no había vivido en carne propia.
“Esto se resuelve siendo humilde y escuchando. No hablando de un lugar soberbio. Ahí resuelve este dilema interno de doy consejos a las familias sin ser padre”. Y sobre esto ejemplificó: “Vas al médico y el médico dice ´salí a correr´ y vos no le preguntás si sale a correr. Vos sabes que te lo dice porque sabe que a vos te va a hacer bien”.
“Cuando escribí el libro fue cuando mi mujer estuvo embarazada. Yo le di mucho significado a sentir que estaba escribiendo el libro para mí. Ahora voy a tener un bebé y me tengo que preocupar primero por esto, por limitar el tiempo de pantallas, ahora va a crecer… y casi, que en cierta forma, sentí que escribí el libro para mí”.
“Es desafiante. ¿Sabés cuántas veces siento que si le diera una pantalla se calmaría? Pero al haber escrito sobre esto digo: no. Yo sé que es nocivo, yo sé que hoy lo va a calmar, pero después de va a estar mal. Que iba a generar un muy mal hábito para su niñez y su adolescencia y ni hablar a futuro. Entonces hago el esfuerzo y en muchas cosas hacemos el esfuerzo”, contó.
Bortnik también se refirió a otra de las ideas instaladas durante los últimos años que señala que las nuevas generaciones son mucho más inteligentes por saber manejar desde chicos los dispositivos digitales. “Me parece que los chicos los usan con facilidad y la idea de la inteligencia es una ilusión. Cuántos de nosotros escuchamos en algún momento, en algún almuerzo familiar o a una mamá o una tía decir ´¡qué genio! Mirá como usa la tablet o el celular y puede abrir un vídeo en youtube y no sabe a escribir´. Si todos lo escuchamos, o estamos ante una generación de genios por delante o los genios son los que hicieron la aplicación para que la puede usar. Esos son los genios. Los ingenieros y los neurocientíficos que entendieron que hay ciertos movimientos instintivos que permiten hacer cosas más adelante, pero no los chicos”, aseguró.
