Entre celebraciones y reencuentros con los seres queridos, en Navidad y Año Nuevo impera una cálida agitación en todos los hogares. Con las fiestas llegan el árbolito, los regalos, la decoración y varios más que dan un clima de festividad. Sin embargo, no toda costumbre es sinónimo de alegría, ya que también reaparecen los peligros que acarrea el uso -en ocasiones de manera indebida- de la pirotecnia, una diversión milenaria muy común que a veces no es empleada de una manera adecuada, lo que puede ser extremadamente peligroso e inclusive, fatal.
La utilización de fuegos artificiales representa un riesgo para la salud debido a que su manipulación incorrecta puede ocasionar graves lesiones físicas, siendo las quemaduras las principales consecuencias. La parte del cuerpo que suele resultar más afectada por accidentes de pirotecnia son las manos, la cabeza y el rostro. Sin embargo, la práctica sin tomar los recaudos necesarios más la sola exposición también pueden generar problemas auditivos y daños oculares irreversibles.
La pirotecnia afecta especialmente a los niños con condición del espectro autista, que tienen una hipersensibilidad a los sonidos en general. Esto tiene que ver con unas conexiones entre la amígdala y la corteza cerebral que están disfuncionadas y esto hace que frente a mínimas cuestiones sonoras, estos niños las perciban y reaccionen.
Esta entrada ha sido publicada el 14 de diciembre, 2021 14:11
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