Lucrecia Llamas es maestra de nivel inicial que hasta hace unos días trabajaba en el Jardín Horas Felices, y con el cierre repentino esperan soluciones para saber qué pasará con su fuente laboral.
En el establecimiento eran dos docentes, un auxiliar no docente y una portera.
“Al principio todo fue bárbaro, pero con el tiempo empezó a verse maltratos, bullying, acoso. Y cuando ahora nos preguntan por qué no lo denunciamos antes. Uno viene a trabajar porque necesita el trabajo, si aguantamos hasta acá es por los chicos” dijo Lucrecia.
Además agregó “mi situación laboral continúa, porque hasta el día de hoy no me llegó ningún telegrama, así que todas las mañanas venimos con mis compañeras, tocamos el timbre y nadie nos atiende. Seguimos siendo empleadas de María de la Paz Quintana , Haydeé Estrada y Rodolfo Cappa”.
Esta entrada ha sido publicada el 29 de septiembre, 2021 14:50
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