La vida de Sebastián cambió el 15 de julio, porque ese día su esposa murió de coronavirus. Con la ayuda de su familia sobrelleva este difícil y triste momento, pero sobre todo saca fuerzas para seguir adelante por sus hijas, que son muy chiquitas.
El 8 de junio Lorena, que tenía 26 años, empezó con síntomas y, como estaba embarazada, fueron inmediatamente al hospital. Por precaución los médicos decidieron internarla, pero su cuadro empeoró. Lorena estaba embarazada y el 16 de junio empezó con contracciones. Nació la beba, pero ella murió al mes.
La pareja se había conocido hace 9 años y 3 meses a través de Facebook. “No nos conocíamos de antes y yo empecé a escribirle porque me gustó”, recordó Sebastián con melancolía. También tuvieron una nena de 5 años.
Lorena recibió todos los cuidados necesarios en el hospital de Bahía Blanca, pero no resistió. Su marido no tiene la plata suficiente para afrontar los gastos del velatorio y el entierro, por eso junto a su cuñado se les ocurrió hacer una rifa para juntar dinero y saldar las deudas. Cada número vale $200 y la moto 0 kilómetro se sorteará el 28 de agosto en la Lotería Nacional.
“No sé cuántos números llevo vendidos, pero sé que son muchos. Estoy muy agradecido con la gente que los compró, y también con aquellos que colaboraron y no quisieron ningún número. Sé que gracias a la ayuda de todos voy a poder pagar los gastos”.
Su sueldo como trabajador de limpieza en el Aeropuerto no es alto, apenas alcanza para comprar comida y leche. Además, durante el 2020, por la pandemia, se lo redujeron a la mitad. Con esos pocos ingresos tuvo que afrontar los gastos de la casa y de la internación.
Ahora, que las deudas son muchas, apela a la solidaridad de la gente para que lo acompañe a atravesar este difícil momento. Para aquellos que puedan comprar un número para la rifa tienen que escribirle al mail: mellado_882@hotmail.com. O también lo pueden encontrar por Facebook como Sebastián Betancourt.
Los restos de Lorena descansan en el Parque de Paz y desde entonces el día a día de este hombre se hace cuesta arriba. Vive entre pañales, mamaderas y el jardín de infantes. Con una voz resignada por la tragedia se anima a seguir adelante para darle una buena vida a sus hijas, porque más allá de que les falte la mamá, siguen siendo una familia.
Fuente: tn.com.ar
Esta entrada ha sido publicada el 22 de julio, 2021 09:55
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