Se llama Víctor Duarte, tiene 49 años y es médico cirujano en nuestra ciudad. Todas las semanas recorre cuatro pequeños pueblos del sur de la provincia de Buenos Aires, donde atiende ad honorem. Incluso, hace cirugías en olvidadas salas sanitarias, con material propio.
Duarte conoce el esfuerzo y la importancia de la presencia de un médico en el entorno rural, y aún más en el contexto de una pandemia. Su padre, hacía lo mismo. Hasta hace siete años recorrió con su vehículo localidades cercanas a nuestra ciudad. Cumpliendo con su trabajo, un camión lo embistió y dos años después, luego de una prolongada recuperación, finalmente murió. Él, entonces, tomó la posta y por vocación heredada con mucho amor, parte todas las mañanas rumbo a esos pueblitos.
El viaje inicia en Sauce Chico, un paraje donde vive una comunidad boliviana de quinteros y atiende en una escuela rural. La huella lo guía hasta Chasicó, luego continúa por Pelicurá y termina en López Lecube.
Amor, vocación y elección por esta maravillosa profesión, que hoy más que nunca se necesita.