La pandemia por el coronavirus sin dudas ha modificado un sinfín de situaciones de nuestra cotidianeidad.
Desde el inicio, cada persona tuvo que ajustarse a las medidas de protección y cuidado, luego a tratar de aislarse sin pasarla mal en el intento, acostumbrarse a la poca vida social y la prohibición de varias otras actividades.
Sin embargo, el efecto más grande que dejó la pandemia sociológicamente hablando, fue el impacto de la rutina de cada ser humano. Muchos debieron dejar de asistir a sus trabajos (hacer Home Office) y los estudiantes ya no iban a la escuela y tenían clases virtuales El trabajo y la escuela: dos protagonistas que organizan el día a día y todo gira en torno a ellos, al no tenerlos, empezó a aparecer la “crisis de rutina”.
Stela Maris Pérez, socióloga de a UNS, expicó este fenómeno: “Todas las practicas que hacemos son estructuradas y bajo el marco temporal. Todo lo que tuvo que ver con la rutina, fue alterado. Antes teníamos el concepto de que la rutina era algo aburrido, sin embargo nos genera apego con otras personas que también tienen rutina y coordinamos conforme a eso” expicó Pérez.
“La pandemia generó normas que son contrapuestas a o que veníamos haciendo, entonces todo se trastoca. Antes era una regla aceptar una invitación, compartir un mate, ir a visitar un abuelo, ir a la escuela, etc., y hoy eso adquiere otro sentido y con eso nos enfrentamos a normas contradictorias”.
“Esto genera angustia. El individuo no puede construir un horizonte o expectativa y es riesgoso”, concluyó.