Yanina Tillería es una mujer de 26 años, que vive en Bahía Blanca, con una historia distinta a las demás. Ella nació sin extremidades, no tiene brazos ni piernas y desde muy chica tuvo que adaptarse a sus posibilidades y buscar la manera de hacer las cosas.
Fue al jardín y a la escuela como todos, solo que aprendió de manera diferente. Cuando nació estuvo en carrito para bebés, pero a medida que fue creciendo, se transportó siempre en silla de ruedas.
Si bien tiene limitaciones, nada fue un obstáculo para ella, que pudo culminar sus estudios y finalmente conseguir trabajo.
Sabe nadar, hace equinoterapia, sabe escribir con la boca o con los pies y atiende al público en la municipalidad.
Ahora vive sola y si bien sabe hacer muchas cosas por sus propios medios (cocinar a veces, cebar mates, utilizar el celular, etc.) necesita de alguna acompañante para que la asista y ayude en tareas más complejas como bañarse, vestirse, maquillarse, entre otras.
Uno de sus sueños es poder ser madre y formar su familia. Ella se define como única y no cree que sea un ejemplo o referente. Se acepta como es, tiene buen autoestima y no cuestiona su condición. Y por más que a veces pueda tener algún que otro día malo, no permite que su discapacidad sea una excusa.