Daniel Pesoa es de Coronel Pringles, artista callejero y hace siete años que vive en Bahía Blanca. Luego de enfrentar algunos problemas de salud que le impiden realizar otra actividad, se dedica hace varios años a la música.
En la ciudad es reconocido por ocupar un lugar en la esquina de la plaza Rivadavia, Alsina y Chiclana, y alegrar a las personas con sus canciones y su voz. El canto es su único ingreso y su arte “a la gorra” lo ayudan a llevar el pan a su casa.
Daniel se ganó el cariño de los bahienses. Alguna que otra tarde, antes de la pandemia, invitaba a cantar a los que pasaban por el lugar o a veces hasta bailaban con su música.
Sin embargo, también ha tenido que soportar algunos disgustos. Vecinos del lugar han llamado al 911 para que baje la música, y Daniel con todo el respeto que lo caracteriza, lo hizo. Pero no terminó ahí.
Fue denunciado por ruidos molestos y le taparon la entrada de electricidad que él utilizaba para enchufar el parlante y micrófono en pleno centro bahiense.
Fueron varios los reclamos que buscaron acabar con el arte de Daniel, pero pese a todo, él siguió.
Ahora se mudó y canta en la primera cuadra de calle O’Higgins hasta encontrar una solución que le permita volver a la plaza.
