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La historia de una pastelera que no se rindió ante la adversidad

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Paula Sanhueza es pastelera y tiene 42 años. Tuvo una vida difícil llena de incertidumbre.

Su familia es numerosa y tras la ausencia de su padre, tuvo que hacerse cargo de sus hermanas menores en las horas en que su mamá trabajaba.

Con una infancia dificil, marcada por la necesidad, Paula asegura que “ir a la escuela era sinónimo de comer”, porque era el único momento en que podían disfrutar de un plato ambundante.

Creció y tuvo que esforzarse más aún. Durante su adolescencia, Paula buscó la manera de generar ingresos para poder obtener sus fotocopias de la escuela y carga en la tarjebus. “Cocinaba y vendía rosquitas para pagarme mis cosas”, señala.

A partir de ese instante, empezó a cocinar cada vez más y gracias a comentarios de personas que probaban sus comidas, decidió esforzarse, capacitarse y comenzar su propio emprendimiento. Allí nació Tortas Pau“.

Con el correr de los años, más bahienses fueron conociendo su trabajo, su responsabilidad y la simpatía que la caracteriza, y su emprendimiento fue avanzando más y más.

La pandemia no fue un obstáculo para ella. Hoy Pau da clases de pastelería y repostería a través de las redes sociales. Ayuda a personas que colaboran en merenderos, acoseja a nuevos emprendedores y está a punto de publicar su libro. Algo que ella define como un sueño.

Paula alienta a aceptar lo que a cada uno le toca, no quedarse de brazos cruzados y esforzarse por lo que uno quiere.

Esta entrada ha sido publicada el 22 de agosto, 2020 16:00

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