Estamos ante un hecho novedoso, inédito. El aislamiento social, el confinamiento. Hoy el mundo está cerrado. Hay una ruptura de la vida cotidiana. La pandemia y la cuarentena llegaron y nos cambiaron la vida… las rutinas, los proyectos, los objetivos, la socialización. Es difícil apoyarse en lo que conocemos, lo previo, lo que tenemos instalado… y aún no visualizamos lo nuevo.
Ansiedad por no saber cuándo se termina la cuarentena. Soledad. Estrés por la convivencia familiar ininterrumpida. Preocupación por la pérdida de ingresos. Miedo a la enfermedad y a la muerte. Dificultad para sobrellevar el encierro. Deseo sexual insatisfecho. Estos temores, que afloran en las conversaciones cotidianas durante la pandemia por Covid-19, se agrandan en el intercambio entre pacientes y analistas mientras ambos intentan adaptarse a los nuevos canales de comunicación.
En medio de la incertidubre reinante, muchos argentinos coinciden en la confianza que les da hacer alguna actividad que los relaje y los haga conectar con su autonomía corporal.
Qi gong, yoga, pilates, reiki son algunas actividades que nos ayudan en tiempos de pandemia.