Doris Hirsch es estilista y está atravesando una situación muy difícil. Tuvo que cerrar su peluquería por un desborde cloacal en todo el salón, que generó que se inunde de materia fecal.

“Hace 10 años que pasa lo mismo, pero nunca de esta manera”, comentó, e indignada aseguró que más de 1000 litros de agua cloacal rebalsaron en el inmueble que alquila y todo corresponde al edificio que se encuentra arriba.

Doris describió la situación como desesperante y extremadamente triste. Los días de cuarentena significaron una crisis económica para ella pero afortunadamente pudo sostener su negocio hasta obtener la habilitación, sin embargo de este desperfecto ya no pude escapar y no tiene otra solución que cerrar su peluquería. “Tuve que cerrar y tirar muchos materiales, por mucho que lo limpie no puedo atender a los clientes así”, lamentó entre lágrimas.