La falta de provisión de cigarrillos es una características de las últimas semanas. Como suele ocurrir, la centralización dejó a las provincias sin stock.
La lista de productos esenciales provocó el cierre de las fábricas Massalin Particulares (Phillips y Marlboro, entre otros) y Nobleza Piccardo (Lucky y Pall Mall, por ejemplo) el 20 de marzo porque lógicamente no estuvieron incluidas, más allá del enorme flujo laboral y económico que reporta la comercialización de los mismos.
Quienes pudieron stockearse soportaron la demanda de sus clientes por un lapso más extenso en el tiempo, pero en muchos kioskos el valor de cada atado fue variando a demanda. Se reportaron que en algunos casos, en otras regiones del país, se ha pagado hasta $500 por un atado de 20 unidades, más del triple de lo habitual.
En Bahía Blanca, según la opinión de los kiosqueros, ha bajado la venta hasta un 60% porque aquellos fumadores que no encuentran su objetivo, no consumen otra cosa. Además estadísticamente mencionaron que de 10 personas que ingresan al comercio, en su totalidad preguntan por cigarrillos.
La situación se extenderá en el tiempo, aunque desde la Cámara de Tabaco, Martin Blanes dijo que podría haber provisión dentro de dos semanas recién en Bahía Blanca. Y además aseguró para aquellos que trastocaron los precios, que existe una regulación en el país y que no se puede cobrar lo que quiere por un atado de cigarrillos.