Otro grupo de trabajadores que ha sido fuertemente golpeado desde que se inició el aislamiento preventivo y obligatorio es el de los que trabajan todos los fines de semana en el Mercado de las Pulgas. Desde mediados de marzo, los 180 puestos en el Parque Independencia no abren y las consecuencias económicas son directas.
Pablo Derromediz, integrante la comisión y puestero, contó que la situación es gravísima, que muchos están pasando hambre, y que la Municipalidad los viene ayudando con bolsones de alimentos, pero que esa no es la solución definitiva”
Derromediz agregó que “muchos feriantes están vendiendo lo que les quedaba de mercadería a través de las redes sociales para sobrevivir, pero que no han podido reponer porque los productos aumentaron un 50 % y es casi imposible traer la mercadería desde Capital”
En diferentes encuentros los feriantes debatieron sobre su situación reconociendo que la de ellos será de las últimas actividades que se habiliten una vez levantada la medida preventiva de aislamiento y buscan ahora, la manera de encontrar alguna solución que los ayude a pasar estos meses.