El día después del anuncio del municipio sobre la utilización de barbijos y tapabocas, se puede observar en las calles de la ciudad gran aceptación de las personas.
Algunos estampados, lisos, coloridos, algún que otro medio improvisado, y los que se destacan por estar perfectamente confeccionados. En estos días de cuarentena, el bahiense se tomó el tiempo de diseñar su tapabocas a gusto y combinándolo con su personalidad.
Pero si mucho tapaboca se ve lógicamente es porque mucha gente se ve. Uno de los temas en que hizo énfasis el Secretario de Gobierno, Adrián Jouglard, es que el uso de la protección facial no reemplazaría la responsabilidad de quedarnos en casa ni de cumplir con el aislamiento social.
Independientemente de aquellas que deben hacer trámites bancarios, ir a la farmacia, ir al supermercado o a la ferretería, hay todavía quienes circulan sin rumbo alguno y mucho menos sin poder justificar su permanencia en la vía pública.