Hasta hace tres semanas, las nenas y los nenes de los hogares de menores iban al colegio, hacían actividades, se vinculaban con familias y tenían salidas recreativas. Pero todo eso cambió con el coronavirus: pasan el día entero en los hogares. Allí cumplen la cuarentena obligatoria sea cual fuere su situación: algunos esperan una revinculación con una familia de la que fueron separados por maltrato o abuso, otros esperan a ser adoptados, algunos más esperan una definición judicial que indique alguno de esos dos caminos.
Y mientras tanto estas instituciones deben extremar los cuidados para evitar el contagio. La situación, que ya es grave de por sí, se vuelve todavía más compleja.
Germán Roth, director de Hogares, Prevención y Protección de la Municipalidad de Bahía Blanca dijo que “el trabajo sigue siendo el mismo, pero con sobreesfuerzo porque muchos cuidadores están alcanzados por las licencias por la cuarentena y debieron establecerse reemplazos para cubrir todos los turnos de quienes cuidan a los niños”. Y también se extremaron las medidas de higiene, “hoy, antes de entrar, a los cuidadores se les toma la fiebre para evitar cualquier tipo de contagio, del corona o de alguna patología respiratoria” agregó.
En total, en Bahía Blanca hay 90 nenes, nenas y adolescentes institucionalizados, repartidos en 5 Hogares Proteccionales (Hogar Cantilo, para adolescentes mujeres de 12 a 17 años de edad; Hogar del Adolescente, para varones con derechos vulnerados, entre 12 a 17 años de edad; Hogar Peumayén, para niñas y niños de 6 a 12 años; Casa de Abrigo 1 para niñas y niños de entre 2 a 5 años de edad y Casa de Abrigo 2, para niñas y niños de entre 6 y 12 años de edad), en el Programa Familias Solidarias, en el hogar de provincia y en la ONGD Daniel Otero.
“El Servicio Local también funciona con normalidad, cubriendo todas las situaciones en donde haya alguna posibilidad de vulneración de derechos de algún nene, nena o adolescente”, dijo la Coordinadora del Servicio Local, Fabiana Rapacci.
Los 11 equipos con los que cuenta el Servicio Local cambió la modalidad de trabajo desde el aislamiento obligatorio, ya que los integrantes trabajan desde sus casas y no en el territorio.
Rapacci aseguró que por la situación de aislamiento “no han aumentado las denuncias, se sostiene la cantida, en promedio son 30 los llamados que ingresan por el 911 o el 107, un número similar al de antes de la cuarentena”.
Frente a las denuncias de no entrega de alimentos a diferentes familias que lo habían solicitado, Rapacci aseguró que “el sistema de agilizó en los últimos días y ninguna familia, ahora, quedó afuera del reparto de los bolsones de alimentos que entrega la Municipalidad”